24 Octubre 2022

Sistema sin agua con separación de orina

Autor
Elizabeth Tilley, Lukas Ulrich, Christoph Lüthi, Philippe Reymond, Roland Schertenleib y Christian Zurbrügg (EAWAG/SANDEC)
Adaptado por
Leonellha Barreto Dillon (seecon)

Descripción del sistema

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Este sistema, conocido en algunos lugares de Latinoamérica como saneamiento o sanitario ecológico, está diseñado para separar la orina y las heces, con el fin de utilizar estos productos como fertilizantes en la agricultura y como respuesta a la escasez de agua (SARAR s.f.). Los afluentes al sistema pueden incluir heces y orina. La principal tecnología de interfase de usuario de este sistema es el sanitario seco con desviación de orina (SSDO), también conocido en la región latinoamericana como sanitario ecológico seco, que permite recolectar por separado la orina y las heces. Además, se puede instalar un mingitorio para hombres para la efectiva recolección de orina. En Latinoamérica existen diferentes diseños de SSDO que se pueden seleccionar dependiendo de las costumbres de los usuarios. Por ejemplo, existen modelos con tasa (pedestal) para usuarios que se sientan, y bancos o cajones (“cacajón”) con un asiento desviador.

Las cámaras de deshidratación se emplean para la recolección y el almacenamiento/tratamiento de heces. Este sistema normalmente cuenta de dos cámaras que se usan de forma alterna; una se llena mientras en la otra se seca completamente el material previamente depositado (CONAGUA 2015). “La presencia de dos cámaras tiene el objetivo de darle a las heces el tiempo suficiente para que se higienice el material” (CONAGUA 2015). En México se ha popularizado el uso del sanitario seco con desviación de orina de solo una cámara, la cual cuenta en su interior con un contenedor de plástico de una capacidad de 40-80 litros dentro del cual caen las heces (SARAR 2011). Cuando se almacenen las heces en cámaras, deben mantenerse lo más secas posible para promover la deshidratación, la reducción de patógenos y evitar malos olores. Por lo tanto, las cámaras tienen que ser resistentes a la infiltración de humedad del exterior y se deben tomar medidas para garantizar que el agua y la orina no entre en ellas. Asimismo, es necesario utilizar un sistema separado de manejo de aguas grises del lavado de manos, ya que las aguas jabonosas no deben introducirse en la cámara de deshidratación. Los materiales secos de limpieza (papel de baño, periódico, etc.) deben ser recolectados por separado, ya que no se descompondrán en las cámaras y abarcarán espacio.

Después de cada defecación, el usuario debe agregar un material secante tal como tierra o aserrín mezclado con una pequeña cantidad de ceniza, cal y/o carbón (bio-char) para cubrir las heces. Esto ayuda a absorber la humedad, incrementar el pH, minimizar olores y proveer una barrera entre las heces y los posibles vectores (moscas). Si se emplea ceniza o cal, el aumento en pH también ayudará a eliminar la reproducción de microorganismos patógenos. Aunque los primeros promotores del saneamiento ecológico en México recomendaban el uso de mezclas con un alto proporción de cal tales como: tres partes de tierra por dos de cal, o bien tres partes de tierra por tres de ceniza (AÑORVE s.f.), éstas producían un producto con un olor muy fuerte y acre y no propicio para integrarse a actividades agroecológicas. Por lo tanto, se recomiendan mezclas menos alcalinas y más orgánicas, como, por ejemplo, dos partes de tierra seca, una parte de aserrín y una parte de ceniza, o bien tren partes de tierra seca por una parte de aserrín o trocitos de hoja seca (SARAR 2011). Por lo general las mezclas dependen del tipo y calidad de la tierra, así como del clima y temporada del lugar y su destino final.

Se requiere vaciado y transporte manual para remover y conducir las heces secas generadas en las cámaras de deshidratación. El uso alternativo de las cámaras de deshidratación doble - o un almacenaje aparte en un contenedor con mayor capacidad (“popostero”) - permite un mayor período de deshidratación, lo que hace que las heces secas presenten poco riesgo para la salud humana al eliminarse. Se recomienda un mínimo de un año de almacenamiento cuando se utilice ceniza o cal como material de cubierta. Entonces, las heces secas pueden aplicarse como acondicionador del suelo. Sin embargo, no conviene mezclar un exceso de cal o ceniza ya que, si la alcalinidad resulta demasiado alta, ésta inhibe la actividad bacteriana en los suelos de cultivo. Si preocupa la calidad del material, éste se puede tratar en una planta de co-compostaje antes de su uso. Si el producto no tiene utilidad, puede ser temporalmente almacenado o desechado de manera permanente.

Para la recolección y el almacenamiento/tratamiento de orina se utilizan contenedores o tanques de almacenamiento. “Algunos sanitarios secos cuentan con contenedores de 20 litros que se tienen que cambiar cada vez que se llenan; otros sanitarios secos cuentan con contenedores más grandes interconectados entre sí, como por ejemplo tinacos, por lo que no necesitan un cambio frecuente” (SARAR 2011). Alternativamente, la orina también puede ser desviada de manera directa al suelo diluida con agua –o combinada con flujo de aguas grises-- mediante un sistema de riego o infiltrarse por medio de un pozo de absorción. La orina almacenada puede ser fácilmente manejada y presenta pocos riesgos, al ser prácticamente estéril; sin embargo, se recomienda por lo menos un mes de reposo en un contenedor tapado. Debido a su alto contenido de nutrientes, puede usarse como fertilizante líquido. La orina almacenada puede ser transportada para su aplicación en agricultura mediante bidones o tanques, o por medio de tecnología de vaciado y transporte motorizado, de la misma forma en que el agua a granel o el lodo se transporta a los campos. Los lineamientos para el uso seguro de heces y orina han sido publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se mencionan, según corresponda, en las fichas que describen estas tecnologías.

Consideraciones para las zonas rurales

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Este sistema puede utilizarse en cualquier zona rural, pero es más adecuado en zonas rocosas donde cavar sea difícil, donde haya una capa freática alta, en regiones con escasez de agua o zonas que presentan inundaciones. Un clima seco y caliente también puede contribuir considerablemente a la rápida deshidratación de las heces, y por tanto al éxito de su aplicación. Este sistema es de especial interés en zonas rurales donde se cuenta con capacidades y recursos, ya sea en casas dispersas sin suficiente agua, o con agua suficiente, o poblados de hasta 2500 habitantes con escasa disposición de agua o con agua suficiente, ya que se requiere la activa participación de los usuarios para la correcta operación y mantenimiento. También es especialmente relevante en comunidades donde se reconoce y aprecia su valor como fertilizante. La implementación de este sistema demanda una continua y rigurosa concientización y educación tanto de los usuarios, como de los constructores de los baños, así como un acompañamiento para la supervisión y apoyo técnico a largo plazo (CALIZAYA y GAUSS 2006).

Por ejemplo, en México “se ha reportado una buena aceptación de este modelo de sanitario ecológico en comunidades rurales de Morelos y Guanajuato, entre otros lugares, siempre cuando se trate de pequeñas unidades familiares y vaya acompañado de un proceso de capacitación y asistencia periódica durante los primeros dos años de uso” (HIERONIMI 2006). En un proyecto desarrollado entre 2003 y 2012 llevado a cabo en Tututepec, Oaxaca, el 50.6% de las familias beneficiarias presentaban quejas del sistema, especialmente por la mala construcción y la resistencia hacia el uso de los sanitarios secos con desviación de orina SSDO (YSUNZA et al 2010). Como en el caso de casi todos los sistemas de saneamiento, el sistema se recomienda solo cuando los usuarios entienden, aceptan y demandan la instalación del sistema. Además, es fundamental contar con áreas de cultivo, jardinería o áreas verdes, así como la demanda por parte de los usuarios para la aplicación de los productos del sistema en sus tierras.

En pequeños poblados, donde las familias no cuenten con áreas de cultivo, se debe considerar la creación de una entidad que gestione los sistemas, siendo una oportunidad de negocios para emprendedores locales o cooperativas. Estos pueden, a cambio de un pago, construir, mantener y vaciar el sistema, además de proveer el material secante. Asimismo, el material recolectado se puede tratar con compostaje y mejorar su calidad, y puede ser vendido a agricultores de la zona

Tecnologías de saneamiento del sistema

Recolección y almacenamiento / tratamiento

Tratamiento (semi-) centralizado

Referencias

Saneamiento básico

CONAGUA (2015): Saneamiento básico . Manual de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (MAPAS), libro 37. México D.F. (México): Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). URL [Visita: 12.09.2018] PDF

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