Descripción del sistema
Este sistema a base de agua se caracteriza por el uso de alcantarillado libre de sólidos (conocido también como redes de alcantarillado sin arrastre de sólidos, RASAS), que conduce el agua residual por gravedad desde un tanque interceptor hasta el sitio para su tratamiento (CONAGUA 2015a). Los afluentes del sistema pueden incluir heces, orina, agua de arrastre, aguas grises y materiales secos de limpieza que se degraden fácilmente. Sin embargo, los materiales no degradables o rígidos (por ejemplo, hojas y trapos) podrían obstruir el sistema y causar problemas con el vaciado; por lo tanto, no deben ser utilizados.
Hay dos tecnologías de interfase de usuario que pueden ser empleadas para este sistema: un sanitario con arrastre hidráulico o un sanitario de tanque. Las tecnologías de recolección y almacenamiento/tratamiento pueden ser tanques (o fosas) sépticas, reactores anaerobios con deflectores (ABR) o filtros anaerobios (FAFA), las cuales remueven y digieren los sólidos asentados de las aguas negras, permitiendo la conducción de un efluente libre de sólidos a través de una red de menor diámetro, poca profundidad y gradientes variables. Esto hace que los costos de construcción sean mínimos, aproximadamente un tercio del alcantarillado simplificado y una quinta parte del costo del sistema convencional (CEPIS-OPS 2005). El efluente es transportado a una planta de tratamiento, donde se trata con una combinación de tecnologías.
En general, los sistemas de tratamiento que más se están utilizando en las comunidades rurales de Latinoamérica son las lagunas de estabilización y los humedales artificiales (humedal artificial de flujo superficial libre (HFS), humedal artificial de flujo horizontal subsuperficial y humedal artificial de flujo vertical) precedidos de tanques de sedimentación o fosa séptica (ZURITA MARTÍNEZ 2011). Sin embargo, existe vasta experiencia con plantas de tratamientos con tecnologías anaeróbicas, tales como el tanque Imhoff, RAFA, filtros (FAFA) y sistemas de varias cámaras (ABR), con diferentes niveles de éxito (CONAGUA 2016). El lodo de la tecnología de recolección y almacenamiento/tratamiento debe ser removido y transportado para tratamiento adicional en una planta de tratamiento de lodo o ser tratada juntamente con los lodos de la planta de tratamiento de efluentes. Las tecnologías de conducción de lodos que se pueden utilizar incluyen vaciado y transporte manual, o vaciado y transporte motorizado. Dado que el lodo es sumamente patógeno antes del tratamiento, debe evitarse el contacto directo con el ser humano y su aplicación agrícola. Si la planta de tratamiento semi-centralizado está lejos de las viviendas, los lodos deben llevarse a una estación de transferencia, y de allí deben ser transportados a la planta de tratamiento por un vehículo motorizado. Por ejemplo, en México están disponibles lineamientos para el tratamiento y disposición de los lodos (CONAGUA 2015b).
Las opciones para uso y/o disposición final de los efluentes tratados incluyen riego, lagunas de acuicultura, lagunas de plantas flotantes o descargas en un cuerpo de agua (disposición final del agua/recarga de acuíferos). Después de un tratamiento adecuado, el lodo puede usarse en agricultura o llevarse a un sitio de almacenamiento/disposición final. Los lineamientos para el uso seguro de efluentes y lodos han sido publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se mencionan, según corresponda, en las fichas que describen las tecnologías.
Consideraciones para las zonas rurales
Este sistema es particularmente apropiado en poblados rurales con baja densidad poblacional, donde el suelo no es adecuado para la infiltración del efluente y se cuenta con un método sistemático y asequible para el desenlodado de interceptores. “Este sistema es apropiado en las comunidades que tienen un bajo consumo de agua, quizás menores a 30 litros por habitante por día" (CEPIS-OPS 2005). Esto indica que este sistema es válido para poblados de hasta 2500 habitantes con escasa disposición de agua, con capacidades y recursos. Además, su aplicación en poblados de hasta 2500 habitantes con disposición de agua suficiente, con capacidades y recursos es recomendable, ya que los costos de inversión y los requerimientos de operación y mantenimiento, comparado con los sistemas in situ (en el mismo lugar) se incrementan considerablemente (LAMPOGLIA et al. 2008). Este sistema se recomienda además en terrenos con nivel freático alto, áreas inundables, terrenos con irregularidades de magnitud moderada y zonas con obstáculos (cruce de ríos, canales, etcétera) (CONAGUA 2015a).
Una particularidad del sistema es que permite utilizar la infraestructura sanitaria existente, especialmente los tanques sépticos ya instalados a nivel de vivienda. La experiencia con el sistema en algunos países de América Latina es limitada y con resultados variables, sin embargo, en los Estados Unidos existen ejemplos exitosos que están prestando servicios de 10 a 100 casas (CEPIS-OPS 2005). A pesar de sus obvias ventajas, éste debe ser usado con criterio y adoptado sólo en situaciones donde existan provisiones suficientes para asegurar la correcta operación y el mantenimiento de la red de alcantarillado y los tanques interceptores (CEPIS-OPS 2005).
El mantenimiento del sistema “debe ser una tarea compartida entre usuarios y el organismo operador, lo cual puede estar sujeto a la propia reglamentación estatal o municipal. Sin embargo, de la experiencia recopilada, esta función debería ser realizada por el personal del organismo operador, en virtud que el manejo y disposición de lodos debe hacerse de acuerdo con los lineamientos manejo y disposición de lodos (CONAGUA 2015b) y los costos que se deriven de esta actividad, deberán ser considerados dentro de la tarifa por servicio de alcantarillado” (CONAGUA 2015a).