Descripción del escenario
Son comunidades que no cuentan con un centro urbano definido y están compuestas de casas aisladas entre sí, a distancias generalmente de entre 100 y 500 metros. Estas comunidades están alejadas de los centros de mayor población y sin vías de comunicación adecuadas, lo cual dificulta el acceso a bienes y servicios. Se ubican en regiones de precipitación pluvial baja (menos de 1000 mm anuales). Cuando tienen cuerpos de agua cercanos, son de dimensiones pequeñas y/o con caudal reducido o altamente contaminado. En caso de tener agua subterránea en manto freático, éste se encuentra muy profundo o bajo un suelo rocoso difícil de perforar. Por lo tanto, solo tienen acceso al agua superficial en poca cantidad durante la época de lluvias. Esta situación obliga a la población a buscar otras fuentes de agua para satisfacer sus necesidades básicas, muchas veces en cantidades inferiores a las que requieren y con un alto costo en tiempo que recae en mujeres y niños. Esta situación se puede dar en estados como Nuevo León, Coahuila, Sonora, Sinaloa, y Chihuahua (SEMARNAT 2016), pero también en zonas aisladas de la sierra de Guerrero.
La situación se vuelve más compleja y difícil de atender por la desvinculación social entre los habitantes que componen la comunidad. Esto es debido a diferentes factores, entre los que se pueden mencionar los conflictos internos de carácter social, como el caso de expulsiones de algunas familias motivadas por diferencias religiosas (LA JORNADA 2006) o étnicas, o conflictos ocasionados por problemas de linderos. En este tipo de comunidades, el único elemento de cohesión es el nombre de la comunidad. No tienen ningún tipo de organización, ni realizan actividades conjuntas. Para enfrentar sus problemas, buscan soluciones de forma aislada, sin interesarse por las demás familias o considerar las posibles afectaciones que sus soluciones puedan ocasionarles.
Según la experiencia de SARAR, lo dicho anteriormente se torna aún más grave en comunidades de las regiones semiáridas o de “matorral” de los estados de Querétaro y Guanajuato, entre otros, en donde la falta de apoyo institucional a las actividades agrícolas y las disminuidas cosechas han producido altos niveles de migración, dejando a las familias sin la presencia de hombres maduros (jefes de familia). La mayoría de las mujeres no han podido continuar con las actividades agrícolas y sus ingresos económicos provienen ahora de las remesas que llegan de familiares que viven en Estados Unidos, motivando que en general logren mejoras económicas en base al individualismo y la competencia. La población espera que la solución a sus problemas venga de fuera, ya sea de los gobiernos locales, de programas federales o de organizaciones altruistas de beneficencia social, y no revelan ninguna disposición a asumir cargos de representatividad, por la misma falta de cohesión comunitaria existente.
Abajo se presenta una selección de sistemas de agua y saneamiento que pueden ser apropiados en situaciones como ésta, sin embargo, antes de tomar una decisión de cuál sistema seleccionar, se debe llevar a cabo un proceso participativo con la comunidad, considerando además la viabilidad técnica y financiera, la infraestructura existente, la viabilidad ambiental, la disponibilidad de recursos económicos y materiales, y las capacidades necesarias para la operación y mantenimiento. La cosecha de agua de lluvia es uno de los sistemas de abastecimiento de agua más recomendados en el caso de casas dispersas, especialmente en combinación con sistemas de fuentes pequeñas protegidas con acarreo manual a nivel familiar, asegurando el tratamiento y manejo seguro en el hogar. En cuanto a saneamiento, el sistema de cámara simple es recomendable para las comunidades con casas dispersas pues cuentan con espacio para cavar nuevas cámaras; pero, debido a que no cuentan con capacidades sociales, habrá que reforzar la capacitación a la población para que aprovechen los nutrientes de la excreta para sembrar un árbol, utilizando los SaniHuerto (ArborLoo). De la misma forma, el sistema de cámara sin agua ni producción de lodos es muy recomendable pues es una opción que limita la posibilidad de desborde de las cámaras y también da la oportunidad de utilizar los humos como acondicionador del suelo. Por la falta de capacidades y recursos en este tipo de comunidades, no es recomendable otro sistema de saneamiento.